El proceso en el que Maruv fue seleccionada como representante de Ucrania en Eurovisión 2019, ha estado colmado de polémica desde que Jamala (miembro del jurado), y el propio presentador de la gala, introdujeron temas políticos que nada tenían que ver con el mundo de la música y que incomodaban a los participantes. La propia Jamala, ganadora en Eurovisión 2016, preguntó a Maruv si Crimea era Ucrania, a lo que la cantante, claramente sorprendida respondió: «Sí, es Ucrania, por supuesto».
No obstante, ese sólo fue el comienzo de un camino lleno de trabas. Maruv tenía en su agenda varios conciertos en Rusia, que se verá obligada a suspender para poder representar a Ucrania.
Incluso el viceprimer ministro Vyacheslav Kyrylenko, ha manifestado su disconformidad con que una cantante con carrera en Rusia sea oficialmente la representante de Ucrania.
La propia Maruv se ha visto obligada a pedir apoyo en sus redes sociales, manifestando públicamente las dificultades a las que la televisión pública ucraniana le está sometiendo, presumiblemente para que ella misma renuncie a participar en el festival.
«Las últimas 24 horas fueron las más emotivas de mi vida.
Gané una victoria honesta en la Ronda de Clasificación Nacional Eurovisión-2019, recibiendo el máximo apoyo de los espectadores y una alta puntuación de los miembros del jurado. Pero ahora queremos quitarte la victoria.
Soy ucraniana, amo a mi país y me enorgullece presentar Ucrania a Tel Aviv en el festival de Eurovisión 2019 a pesar de que recibí propuestas de tres países diferentes en el transcurso de un día para representarlos. Pero mi respuesta es categórica: ¡de ninguna manera, yo represento a Ucrania !
Probablemente ya hayáis escuchado sobre el acuerdo entre el representante de Ucrania y la NTCU, que debe firmarse hoy antes del almuerzo.
Estoy lista para renunciar a los conciertos en Rusia. Respondí en directo a todas las preguntas en las que estaba interesado el jurado. No he estado en Crimea desde 2014. No he violado ninguna ley única de Ucrania. Y también estoy dispuesta a asumir todos los gastos de participación en el concurso internacional.
Y ahora, el tratado más alarmante que se requiere de mí:
1. Tengo prohibido cualquier improvisación en el escenario sin la aprobación de la NTCU. (El cordel no coordinado, por ejemplo, supondrá una multa de 2 millones de hryvnias)
2. Transferencia inmediata de derechos de autor de una canción que pertenece al sello de música mundial Warner Music (estos derechos se conocían antes del inicio de la competencia)
3. Cumplir claramente con los requisitos e instrucciones de la NTCU. (En teoría, puedo ser engañada por un viceprimer ministro en una fiesta de cumpleaños, y en caso de rechazo, seré descalificada y me veré obligado a pagar una multa de 2 millones de hryvnias otra vez, ¡más compensar a NTCU por daños y perjuicios!)
4. La prohibición de comunicación con periodistas sin el acuerdo con la NTCU. (Eso viola completamente la libertad de expresión y los derechos humanos).
Y más cosas absurdas.
En caso de violación de uno de los puntos, una multa de 2 millones de hryvnias y la indemnización de las pérdidas por valor de una suma indefinida.
Por parte de NTCU, no obtengo nada: ni un centavo de apoyo financiero, ni asistencia para organizar un viaje, ni, además, apoyo de promoción internacional. Incluso el visado tengo que tramitar yo misma.
Aunque, en el contrato, solo hay algunos puntos de responsabilidad de la NTCU:
1. Darme consejos sobre las reglas del concurso.
2. permiso de NTCU para llevar a 10 personas a su cargo.
3. Cumplir con los términos de este acuerdo.
¡Siento la presión! Y veo intentos obvios de obligarme a negarme a representar a mi país en la competencia internacional «Eurovisión -2019».
Solicito el apoyo, soporte de prensa y periodistas independientes que no están preparados para realizar una orden.»
Con estas declaraciones, Maruv ha conseguido hacerse eco de la situación, que ya había generado gran polémica y que provocó un aluvión de críticas hacia la propia Jamala por haber politizado el concurso.